Plásticos ciclo de vida
Sostenibilidad

Plásticos y sostenibilidad: un ciclo de vida con menos emisiones de lo que imaginas

24 de septiembre de 2025

Cuando hablamos de sostenibilidad, solemos fijarnos únicamente en la última etapa de la fabricación de los productos y del producto en sí. Pero el verdadero impacto ambiental se entiende cuando analizamos todo su ciclo de vida; desde la extracción de materias primas, pasando por la fabricación y el transporte, hasta el uso y su gestión final. 

De hecho, un estudio internacional publicado en la revista Environmental Science & Technology (2024), con participación de las universidades de Cambridge, Sheffield y el KTH de Estocolmo, analizó 16 productos habituales en sectores como envases, construcción, automoción y textiles. Su conclusión fue clara: en 15 de los 16 casos, los plásticos generaban menos emisiones de gases de efecto invernadero que sus alternativas en vidrio, papel, metal o algodón. 

Con esa mirada completa, la percepción cambia: en la mayoría de los casos, los plásticos generan menos emisiones de CO₂ que otros materiales alternativos. Y esto no solo ocurre en envases. Los plásticos forman parte de sectores como la movilidad, la construcción o la energía, donde su ligereza y versatilidad ayudan a reducir emisiones y a mejorar la eficiencia. 

Producción eficiente y menor consumo de recursos 

Fabricar productos plásticos suele requerir menos energía y menos recursos naturales que hacerlo con materiales alternativos. Además, los productos plásticos son mucho más ligeros: para cumplir la misma función se necesita utilizar menos cantidad de material para fabricarlos. 

Un ejemplo claro son los envases. Una bandeja de plástico puede pesar hasta cinco veces menos que una alternativa en cartón multicapa o aluminio. Esa reducción de peso significa menos materias primas extraídas, menos energía consumida en la producción y menos emisiones desde el principio del ciclo de vida.

Transporte: el peso sí importa 

El del transporte es uno de los sectores donde los plásticos marcan mayor diferencia. Al ser más ligeros requieren menos combustible para llevarse de un lugar a otro. 

Pensemos, por ejemplo, en una botella de un litro de capacidad. Una de vidrio puede pesar en torno a 500 gramos, mientras que una de plástico apenas llega a 25. 

Esto implica que transportar la misma cantidad de bebida en botellas de vidrio puede multiplicar por veinte las emisiones en transporte respecto a las de plástico. En logística, a gran escala, la diferencia es enorme. 

Más allá de los envases: plásticos en sectores clave

Aunque los envases son la cara más visible, los plásticos son esenciales en otros sectores donde también contribuyen a reducir emisiones: 

  • Automoción: incorporar plásticos en vehículos permite aligerar hasta un 20% su peso. Esto se traduce en menos consumo de combustible en coches tradicionales y más autonomía en eléctricos. Por lo que, los vehículos que tienen plásticos, al pesar menos, consumen menos carburante y emiten menos CO2 (no me deja ponerlo en subíndice). 
  • Construcción: materiales plásticos como los aislamientos o las ventanas de PVC reducen la demanda energética de los edificios hasta un 70%, lo que significa menos emisiones ligadas a la climatización. 
  • Energías renovables: desde las palas de aerogeneradores hasta componentes de paneles solares, sin los plásticos no sería posible generar energía limpia con menos emisiones. 

Fin de vida y circularidad en evolución 

Uno de los grandes debates sobre los plásticos está en su final de vida. Aunque tradicionalmente se han gestionado de forma lineal, cada vez cuentan con más opciones para entrar en un modelo circular gracias al reciclaje mecánico y al reciclaje químico, pero también gracias a toda la energía que se invierte en innovación desde el propio sector para ser cada día más limpios y circulares. 

Ejemplos comparativos de ciclo de vida 

Los estudios de Análisis de Ciclo de Vida (LCA, por sus siglas en inglés) como el anteriormente mencionado —Replacing Plastics with Alternatives Is Worse for Greenhouse Gas Emissions in Most Cases (2024) muestran resultados muy claros en diferentes aplicaciones: 

  • El mundo de las bolsas, ¿qué pasa aquí?: aunque a menudo se presentan como alternativas más “eco”, las bolsas de cartón y tela tienen una huella inicial mucho mayor en agua, energía y emisiones. Según dicho estudio “las bolsas de papel de supermercado generan tres veces más emisiones en su producción que las bolsas de plástico, debido al mayor uso de materias primas y a las emisiones derivadas del transporte”. Las de plástico, por ser ligeras, resistentes y reciclables, resultan más eficientes en la mayoría de los análisis de ciclo de vida, siempre que se reutilicen y se gestionen bien al final de su uso. 
  • Botellas de vidrio vs. botellas de plástico: aunque el vidrio puede reutilizarse, su peso y la energía necesaria para fundirlo hacen que, en muchos casos, sus emisiones globales sean mayores. En cambio, las botellas de PET tienen un menor impacto en emisiones debido a su bajo peso y a la baja intensidad energética durante su producción. 
  • Bandejas de aluminio o multimateriales vs. plásticas: alternativas más pesadas y con procesos de reciclado más complejos, que generan mayor impacto en conjunto. Además. Según dicho estudio, las bandejas de multimateriales son peores para la conservación de algunos tipos de alimentos, como la carne de cerdo. 

Es necesario mirar el ciclo completo 

Los plásticos no son materiales perfectos, pero el análisis del ciclo de vida completo demuestra que, en la mayoría de los casos, generan menos emisiones que otros materiales alternativos. 

El reto está en seguir avanzando hacia la circularidad, mejorar la gestión de los residuos y aprovechar al máximo las ventajas que los plásticos ya ofrecen en términos de eficiencia energética, reducción de peso y ahorro de recursos. 

En un mundo que busca descarbonizarse, los plásticos son, y seguirán siendo, una pieza clave para construir un futuro más sostenible.