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Agricultura

Agricultura y plásticos: binomio económico, social y medioambiental

9 de septiembre de 2021
 
 

Si hablamos de plásticos en la agricultura lo primero que se nos viene a la cabeza son las grandes extensiones de invernaderos de Murcia o Almería, que permiten que tengamos una mayor producción de fruta y verdura durante todo el año, ¡dicen que hasta se ven desde el espacio! Pero esto va más allá. La industria de los plásticos juega un papel fundamental en la agricultura española, de hecho, es uno de los sectores que se beneficia de muchas de las ventajas que proporciona el uso de materiales plásticos, incluso hasta el punto de ser España uno de los países líderes en el mundo. Es tan común que incluso tiene nombre propio: los usos del plástico en agricultura para el cultivo de frutas, verduras y la cría de animales se denomina plasticultura

Tiene tanta importancia que el sector de los plásticos agrarios acaba de publicar la Estrategia Europea de la Plasticultura, con el compromiso de desarrollar y ofrecer soluciones para la recogida y gestión circular de los plásticos agrícolas ya usados y evitar que se abandonen en el entorno.

Ahora que ya conocemos este término, vamos a explicar  por qué se utiliza tanto en la agricultura y para qué se usa. Sin plasticultura no se podría alimentar a la población mundial, y mucho menos en el futuro, ni podríamos alcanzar uno de los ODS más importe, el de “Hambre Cero” ¡Te lo contamos a continuación!

Beneficios de los plásticos en la agricultura

Los plásticos han supuesto una auténtica revolución en el campo permitiendo producir más con menos recursos. Gracias a los innumerables usos y beneficios que tienen, los agricultores han conseguido mejorar la producción y la calidad de sus cosechas y hacerlas más sostenibles. Esto se debe, entre otros motivos, a que el uso de estos materiales reduce la necesidad de utilizar herbicidas y pesticidas sobre los cultivos, además de protegerlos de cambios drásticos de las temperaturas y de fenómenos meteorológicos que de otra manera dañarían las cosechas.

La versatilidad de estos materiales los hace idóneos para muchas aplicaciones como: mallas de protección de cultivos, filmes para invernaderos y acolchados, mantas térmicas, sistemas de riego y regadío o semilleros… Además, favorecen la conservación de las cosechas, la protección del suelo sobre el que se plantan y, como ya hemos dicho, protegen a los cultivos de cambios de tiempo o del uso de herbicidas, ¡y hasta de plagas! De igual forma, el uso de plásticos en agricultura ayuda a ahorrar uno de los recursos más importantes del planeta, el agua, gracias a sistemas de riego que permiten medir con eficacia el uso de este bien natural; y los plásticos acolchados, que cubren el suelo y evitan la evaporación del agua de riego. Así mejoran la productividad de los cultivos porque hacen más eficiente todo el proceso. Podría decirse que esto del uso de plástico en agricultura tiene muchos puntos positivos, ¿no?   

Asimismo, aportan soluciones respetuosas con el medio ambiente por su circularidad. Esto es así porque permiten crear un proceso que se repite de forma infinita: en primer lugar, muchos de los envases plásticos y plásticos de uso común pueden reciclarse convirtiéndose en nuevos productos. De hecho, desde el sector se está promoviendo la implantación a nivel nacional y de forma voluntaria de sistemas de gestión de residuos plásticos agrícolas, como MAPLA, que buscan ayudar a los agricultores en las operaciones de recogida y posterior tratamiento responsable de los plásticos, reciclándolos. Así se potencia la economía circular del material y se genera un menor impacto ambiental. 

Plásticos biodegradables y compostables en la agricultura

Debes saber que no todos los plásticos que se usan en agricultura siguen este proceso infinito de reciclaje. En algunos casos se trata de plásticos muy mezclados con residuos orgánicos y con la propia tierra por lo que los plásticos biodegradables o compostables (dependiendo del medio en el que se biodegraden) son los que aportan un valor añadido. Es el caso de los plásticos biodegradables para acolchados (las lonas que recubren los cultivos). Normalmente, estos últimos no tienen que retirarse del terreno una vez ha terminado el tiempo de cultivo, sino que, gracias a sus características de biodegradabilidad y al incorporarlos en el suelo, los microorganismos que están presentes en la tierra transforman este material en agua, dióxido de carbono o biomasa sin dar lugar a microplásticos, ¡desaparece como por arte de magia (o por arte de ciencia, más bien)! Y hay más, los plásticos para acolchados no son los únicos materiales biodegradables que se usan en la agricultura. En el caso de los plásticos compostables, sus características permiten que estos plásticos se retiren junto con otros restos de la cosecha como las hojas, ramas u otras partes del cultivo y acaben siendo compost por haber terminado en una planta de compostaje. Destacan las mallas compostables para las raíces o los clips y bridas para la sujeción de los cultivos.

 

Los materiales de este tipo (biodegradables y compostables) son muy recomendables cuando hablamos de los usos del plástico en agricultura. Cuentan con innumerables beneficios para los cultivos, los agricultores, el medioambiente… ¡te contamos los más importantes por si no lo sabías!  

Los plásticos biodegradables – compostables, como ya explicamos en nuestro post sobre bioplásticos, se caracterizan por su facilidad de descomposición en distintos medios como son el suelo, el agua o el medio marino en el caso de los biodegradables; o el compostaje doméstico y compostaje industrial en caso de los compostables. Además, son especialmente útiles en agricultura gracias a que una vez descompuestos, se trasforman en materia orgánica y no dan lugar a microplásticos.  Gracias a ello, estos materiales suponen un mayor beneficio a la hora de emplearlos en la agricultura, como son los siguientes:

  • Al colocarse en el suelo, los microorganismos presentes en él son capaces de degradar completamente el plástico en el plazo de 3 a 12 meses. Así, no es necesario retirarlo del terreno, simplemente hace falta ararlo junto con los demás restos y pasado este tiempo no queda ningún resto de plásticos en el suelo.
  • Ayuda a reducir el tiempo de trabajo una vez se ha terminado de cultivar, pues ya no es necesario retirar el plástico al final del ciclo de cultivo.
  • Al colocarse del mismo modo que cualquier otro plástico de cultivo tradicional, su colocación es igual de sencilla y fácil, pero sus beneficios son mayores.
  • Los compostables pueden recogerse con otro tipo de restos orgánicos procedentes de los cultivos, como son hojas o raíces, y desecharse en el mismo contenedor sin tener que hacer una selección. Además, tras el proceso adecuado, son válidos para la creación de compost.

Como has podido comprobar, es normal que los plásticos sean un gran aliado cuando se trata del sector de la agricultura. La industria junto con los agricultores, y con la colaboración de las administraciones públicas y de los gestores de residuos están comprometidos para que el 100% de los plásticos se recojan y se reintroduzcan de nuevo en la economía circular. Sea por su circularidad, por su reciclabilidad, por su biodegradabilidad, por su compostaje, es de vital importancia conocer los usos del plástico en agricultura para garantizar el mayor aprovechamiento de todos los procesos que esta actividad conlleva.

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