Sostenibilidad

El reciclado químico: el camino hacia la circularidad infinita de los plásticos

22 de enero de 2021

  

Hablar del reciclado de los plásticos hoy en día es hablar de la utilización de los residuos como recursos, promoviendo así la sostenibilidad ambiental, económica y social. En un contexto en el que la circularidad de los plásticos se configura como la meta para un mundo más sostenible, debemos pensar en soluciones reales para alcanzar una economía circular. Entre estas soluciones tenemos el reciclaje químicouna tecnología innovadora que descompone  los residuos plásticos en sus materias primas originales con las que fabricar nuevos plásticos, o nuevos productos químicos que se pueden utilizar en otras aplicaciones.  

El reciclado químico se nos presenta así como una novedosa tecnología para complementar el reciclado mecánico con el fin de poder reciclar un mayor número de residuos plásticos.  

Además de servir para reciclar un mayor volumen, también es idóneo para llegar a soluciones a las que el reciclado tradicional no llega, contribuyendo así a promover una mayor y mejor economía circular de los plásticos. 

 

El reciclado químico

Entre las soluciones de reciclado existentes en la actualidad y en pleno desarrollo encontramos el reciclado químico, un proceso de recuperación a través del cual somete al residuo plástico a diferentes agentes químicos, biológicos y/o temperatura para producir una ruptura de los enlaces que lo conforman, transformándolo en pequeñas moléculas que serán empleadas directamente en la industria o servirán como base para obtener nuevos plásticos. El reciclado químico ya es una realidad en Europa y en España, que se desarrolla gracias al esfuerzo en innovación por parte del sector con el fin de potenciar una nueva tecnología que ayude a aumentar el volumen y la calidad de los reciclados. Técnicas alternativas como esta hacen posible la utilización de algunos reciclados plásticos que, de otra manera, no podrían haber sido adecuados para ciertos usos finales, como aplicaciones médicas o envases destinados a alimentación. 

Existen diferentes procesos del reciclado químico. Normalmente se clasifican en dos grupos:  despolimerización (bien por solvólisis o bien por tratamiento térmico) o craqueo (bien por pirólisis o bien por gasificación). Hay que destacar que cada uno de los procesos es idóneo para un tipo de polímero. La razón por la que existen distintos procesos es porque cada uno resulta más o menos adecuado según la naturaleza del polímero y su capacidad para descomponerse en sus elementos básicos.

 

Depolimerización

Se realiza mediante la adición de diferentes agentes químicos, temperatura y/o presión, obteniendo normalmente monómeros (molécula simple) u oligómeros (molécula formada por varias unidades). Dependiendo del agente químico y las condiciones de reacción empleados para la escisión de la cadena, se obtienen diferentes productos. Por ejemplo, a partir de un residuo de PET se pueden obtener monómeros y oligómeros, que, tras una nueva polimerización, pueden ser convertidos en un nuevo PET reciclado o en una resina de poliéster. 

 

Craqueo

Este tipo de proceso implica la ruptura de cadenas poliméricas constitutivas de los residuos plásticos por acción del calor en ausencia de oxígeno (craqueo por pirólisis) o con baja presencia de oxígeno (craqueo por gasificación). Normalmente el producto de reacción es una mezcla heterogénea de hidrocarburos con una distribución muy amplia de tamaños moleculares. La proporción de hidrocarburos líquidos, gaseosos y sólidos varía en función de la temperatura y a la velocidad de calentamiento a la que se desarrolla el proceso.  

 

Un proceso complementario prometedor

Pero no es posible entender el reciclaje químico sin detenernos en la tecnología del reciclaje mecánico. Este método implica la clasificación, lavado y extrusión para producir nuevo pellet, esto es, la composición del plástico no cambia. Pese a los inmensos avances el reciclaje mecánico, algunos plásticos, como la multicapa, son difíciles de limpiar, o podemos encontrar resultados de menor calidad. Es por esto que necesitamos invertir en tecnologías alternativas que puedan completar este proceso.   

Para entender la diferencia entre el reciclado mecánico y químico y la importancia de invertir en alternativas, acudamos a un ejemplo. Imaginemos que hacemos un guiso con múltiples ingredientes. Si acudiésemos al reciclado mecánico de este guiso, lograríamos una masa uniforme equivalente a la granza lista para reutilizar en otro producto. Si, por el contrario, acudiéramos al reciclado químico, tras el sometimiento del guiso a los distintos agentes químicos lograríamos recuperar todos los ingredientes previos a la cocción de este, pudiendo dar una vida completamente nueva al producto y convertirlo en otro totalmente distinto 

Sin duda, el reciclado químico es una vía para dirigirnos hacia una economía aún más sostenible y circularsin  olvidar que se trata de un proceso complementario al reciclado mecánico ya que ofrece posibilidades que resuelven las limitaciones de este  

Los múltiples esfuerzos del sector en materia de innovación tecnológica responden a la gran oportunidad que ofrecen las técnicas alternativas. Los beneficios son múltiples y, gracias al reciclado químico, podremos acelerar la circularidad de los plásticos para conseguir un mundo más sostenible.