Conocimiento general, Salud

Materiales alternativos al plástico: ¿solución o riesgo alimentario?

1 de febrero de 2023
 
¿Te has preguntado alguna vez dónde están presentes los plásticos en tu día a día? No te preocupes, para ahorrarte el tiempo de recordarlo te dejamos la respuesta aquí mismo: son tan útiles y versátiles que ¡están en todas partes! Los encontramos en nuestra ropa, en el transporte que hemos utilizado para ir a trabajar e incluso en sectores tan importantes como el de la construcción, el sanitario o el sector agrícola. Y es que la resistencia, calidad y seguridad que ofrecen los plásticos los convierte en un material indispensable en nuestra rutina.
 
Sin embargo, con la entrada en vigor de la “Ley de Residuos y Suelos Contaminados para la Economía Circular”, el pasado 1 de enero comenzó a aplicarse un nuevo impuesto, el “Impuesto Especial sobre los Envases Plásticos no Reutilizables”, que penaliza económicamente con 0.45 euros cada kilogramo de plástico no reciclado utilizado en este tipo de envases. Esta nueva medida ha abierto grandes líneas de debate entre diferentes sectores de la sociedad y la industria de la alimentación y bebidas, la cosmética, la distribución y los supermercados, ya que, según especifica la Agencia Tributaria, este impuesto hace referencia a los “envases de plástico no reutilizables que contienen, protegen, manipulan, distribuyen y presentan mercancías”. Esto incluye a los diferentes embalajes, cintas y plásticos que protegen productos de todo tipo, incluidos algunos muy delicados como los alimentos, muy importantes porque conservan la comida y evitar roturas durante su transporte, entre otras funciones.
 

Para que la cena que llevas esperando todo el día llegue a tu plato tiene que pasar por distintos procesos, tanto de fabricación y almacenamiento como de preparación y servicio, donde entran en contacto con multitud de materiales y objetos. A estos materiales los llamamos MCA (Materiales en Contacto con Alimentos) y tienen que cumplir una serie de normativas y pruebas muy estrictas que confirmen que no constituyen un riesgo para la salud de los consumidores.

Teniendo todo esto en cuenta, podemos advertir del posible riesgo en la sustitución de los materiales plásticos por otros alternativos. Y en este supuesto surge una pregunta obvia:

¿Contamos con materiales alternativos al plástico y soluciones que sean tan seguras para nuestra salud y cumplan con tantos estándares nacionales y europeos como los plásticos? ¿O realmente el impuesto solo servirá para obligar a pagar más a sectores como el de hostelería, restauración, supermercados y a los consumidores? ¡Veámoslo!

¿Qué materiales pueden estar en contacto con los alimentos?

Todos los materiales en contacto con alimentos deben ser seguros para la salud de las personas.

En el caso de los plásticos existe una exhaustiva regulación a nivel nacional y de la Unión Europea para comprobar si cumplen su principal función: proteger la calidad de los alimentos y mantener la seguridad alimentaria.

Algunos de las pruebas que se realizan son:

  • Pruebas de permeabilidad
  • Pruebas de estanqueidad para prolongar la vida útil del producto.
  • Pruebas de compatibilidad, más comúnmente conocido como “stress cracking”
  • Pruebas sensoriales, para comprobar que los materiales del envase son de calidad y no contaminan el alimento.
  • Pruebas para evaluar la integridad de un envase como la resistencia al lavavajillas o al calentamiento en el microondas, lo que vienen a ser los hábitos cotidianos a los que sometemos la comida envasada.

Sin embargo, a raíz de la demonización del plástico, el sector alimentario está comenzando a hacer uso de otros materiales alternativos, circunstancias que han causado un gran número de alertas alimentarias en 2021, cuando se ha alcanzado la cifra global más alta de notificaciones de la red de alerta: 1081.

Pero ¿por qué pueden ser peligrosos estos materiales alternativos a los plásticos? La respuesta es sencilla: porque no están obligados a pasar esta serie de pruebas por no contar con una regulación específica como en el caso de los plásticos, que sí están aprobados como Materiales en Contacto con Alimentos (MCA).

Entonces, ¿cuál es la solución?

Todo apunta a que el Impuesto Especial sobre los Envases de Plásticos no Reutilizables ha llegado demasiado rápido a nuestras vidas. De esta manera, estamos penalizando económicamente a aquellos que tienen que usar envases plásticos seguros y de calidad antes de crear otras alternativas fiables y gestionar una regulación adecuada para garantizar que no dañan la salud de las personas.

Entonces ¿no hay otra solución que beneficie al medioambiente? ¡Error! Sí que existe. La clave está en una sola palabra: Circularidad (la de verdad).

Y esto se consigue diseñando más plásticos que puedan ser reutilizados, alargando su vida útil y fomentando la reutilización y el reciclado. Así conseguiremos que los plásticos no acaben siendo desechados en el vertedero, sino que alarguen su vida útil, que tengan una segunda oportunidad.

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