Sostenibilidad

Here we go again: circularidad y reciclado mecánico de los plásticos

19 de octubre de 2022

Si echamos un vistazo atrás nos daremos cuenta de lo mucho que han cambiado nuestros hábitos como sociedad. Nuestra capacidad de consumo de recursos ha crecido, y es por eso por lo que debemos estar a la altura y aumentar nuestra capacidad de reciclaje. ¿Cómo hacerlo? La respuesta es clara, cambiando nuestros hábitos.

El modelo de consumo que predomina actualmente es el lineal. Este modelo, que se basa en usar y tirar, ha demostrado ser doblemente insostenible, tanto económica como medioambientalmente.

Como alternativa al modelo lineal, hace unos años, surgió la ya conocida por todos Economía Circular. La Unión Europea, vista la situación actual y la gran cantidad de oportunidades y beneficios que supondría este cambio en el modelo de producción y consumo, decidió apostar fuerte por este nuevo paradigma. Desde entonces, la concienciación, las campañas y las ayudas económicas y sociales que se han lanzado desde las administraciones públicas europeas y nacionales han conseguido que, poco a poco, se vayan dando pasos en la dirección correcta.

 

Pero ¿qué es la Economía Circular y por qué la necesitamos?

Como comentábamos, tradicionalmente, el sistema de producción y consumo ha funcionado de manera lineal: los productos se fabrican, se consumen y se desechan. Esto supone un gran problema, y es que, los productos solo tienen un ciclo de vida, es decir, nacen y mueren.

Por el contrario, la economía circular plantea un modelo totalmente diferente en el que, al llegar un producto al final del proceso, en vez de morir, “renace”, volviendo al inicio del proceso. De esta forma los residuos se convierten en recursos, y no al revés, como ocurre en el modelo lineal. Además, una de las cosas más positivas de la economía circular es que, este mismo proceso de reincorporación a la cadena puede darse una y otra vez, alargando indefinidamente el ciclo de vida de la mayoría de los productos.

Por último, es importante recordar que, en plena escasez de recursos, la demanda de materias primas no hace más que subir, y que varias de ellas son finitas. Por eso, la economía circular se presenta como una solución casi obligatoria.

 

La aportación de los plásticos

Los plásticos son los materiales más eficientes que conocemos. Su gran versatilidad, su capacidad de aislamiento tanto para el frio como para el calor y su ligereza lo convierten en uno de los materiales más útiles de nuestro día a día. 

Sin embargo, no solo son esenciales por su funcionalidad en nuestra vida diaria, sino que, en este nuevo paradigma, los plásticos vuelven a convertirse en materiales protagonistas. ¿Por qué? Pues la respuesta es sencilla:  su gran capacidad para ser reciclados nos permite prolongar su vida útil mucho más allá. Incluso más que la de los productos que fabricamos con ellos, gracias a que con su composición pueden emplearse para fabricar otros tras su primer uso. Se convierte así, por tanto, en un proceso infinito.

 

¿Cómo reciclamos? Reciclado mecánico

Hoy en día, existen 2 métodos de reciclaje de materiales plásticos: el reciclado mecánico y el químico.

El reciclado mecánico es el proceso más empleado actualmente porque es el que tiene una trayectoria más larga que, posteriormente se ha complementado con nuevas tecnologías de reciclado como el químico. El reciclado mecánico consiste en someter a diferentes procesos los plásticos que desechamos como residuo para obtener un material reciclado que puede ser empleado como materia prima para fabricar nuevos productos.

Sin embargo, el reciclado químico, es un conjunto de tecnologías complementarias al reciclado mecánico, a través de las cuales se obtienen los elementos químicos de base con los que se fabricó el plástico. A pesar de que España ha aprobado grandes inversiones para el desarrollo del reciclado químico, hoy en día, el reciclado mecánico sigue teniendo un papel protagonista en la economía circular.

El proceso del reciclaje mecánico es sencillo:

 

 

1. Clasificación: Separación de los diferentes tipos de plásticos.

 

 

 

 

2. Trituración: mediante cuchillas de acero inoxidable, para reducir al mínimo el tamaño del plástico.

 

 

 

 

3. Lavado: para eliminar cualquier tipo de impureza o suciedad que pudiera quedar. Además, esta fase de lavado también sirve para separar los materiales por su densidad (flotación/ hundimiento).

 

 

4. Secado: una vez los materiales se han expuesto al proceso de lavado, es necesario secarlos. Los secadores mecánicos y los secadores de aire caliente crean recortes adecuados para el siguiente paso del proceso.

 

5. Extrusión/Obtención de granza: el material plástico lavado se funde para poder moldearlo en forma de filamentos y cortarlo en pequeños trozos obteniendo así la granza. Este proceso se denomina Extrusión.

En algunos casos esta última fase no existe, ya que el material triturado en lo que se denomina escamas puede servir como materia prima para la fabricación de nuevos productos.

 

tinted plastic granulate for injection moulding process

Como resultado, obtenemos un material plástico totalmente reutilizable que ya está listo para ser enviado de vuelta al inicio del sistema de producción y consumo.

En definitiva, se puede ser bueno, útil y reciclable.

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